jueves, 22 de septiembre de 2011

El Seat 600

Muy recurrente en estas fechas que hemos pasado y que algunos todavía están disfrutando, el automóvil, con el cual la España se puso ruedas y comenzó a viajar con toda la familia al pueblo y a la playa. Como muchos ya habrán caído, este mes vamos a hablar del Seat 600, eso si de una manera muy escueta.
El SEAT 600 nació en 1957, el mismo año que desapareció el Biscúter. En aquellos momentos el parque de vehículos era muy reducido y predominaban los transportes públicos, los camiones y las motocicletas fabricadas en Cataluña en su inmensa mayoría.
    El 600 fue un icono para muchas generaciones de españoles, un automóvil que muchos pudieron adquirir con el sudor de su frente y haciendo muchos números, en esa España gris que poco a poco se fue convirtiendo a todo color.

Es que la aparición del 600, en 1957, se convirtió en el fenómeno social del año y en el inicio de la motorización española y del desarrollo económico de los sesenta. Muchas familias de clase media hicieron realidad el sueño de adquirir su propio turismo por un precio aproximado de setenta mil pesetas.
     Para conseguir uno era necesario apuntarse en una lista de espera que duraba años si no se disponía de contactos en el gobierno o en la fábrica. Después hacía falta firmar y pagar más letras y plazos de los que nadie se podía imaginar. Pero a pesar de ello, la producción y la demanda continuaron creciendo con la bonanza económica de los años sesenta, cuando la gente no paraba de comprar cualquier cosa.
     El 600 era el único coche perfecto y posible para sus propietarios. Un coche que competía con los ya también clásicos Citroën 2cv y el Renault 4L, estos dos fueron mas elegidos en las zonas rurales, por su versatilidad y su suspensión. Los padres de familia presumían de poder cruzar media España con el 600 lleno hasta los topes y sin ningún tipo de problema, y si el motor se calentaba, se colocaba una madera que mantuviera la tapa del motor levantada, y muy a las malas se paraba y se descansaba, aprovechando que se tenía que enfriar el motor. Por si alguno lo dudaba, el motor del 600 se disponía en la parte trasera, donde hoy casi todos los automóviles disponen el maletero.
     Aunque el modelo español era una réplica exacta del que había lanzado Fiat unos meses antes, muchos especialistas coincidieron en señalar que el pequeño utilitario español era bastante más resistente que su hermano turinés. Este vehículo de cuatro plazas, con un peso de 600 kilos y una velocidad máxima de 90 km/h en terreno plano, fue mejorando lenta pero constantemente durante sus 17 años de vida. Dotado al principio de una cilindrada de 600 cm3, pasó después a ser de 767 cm3 y mayor compresión. Las innovaciones propias de la marca española incluyeron versiones descapotables y también de cuatro puertas, el Seat 800.
     Como ya hemos mencionado anteriormente, este modelo es un prácticamente un clón del Fiat 600, el cual fue presentado en el salón de Ginebra de 1955, y fue recibido con satisfacción por un público europeo deseoso de un coche económico y de gran facilidad de conducción en ciudad. Este revolucionario modelo aprovechaba la experiencia del Fiat 500, popularmente conocido como Topolino, (el cual actualmente la casa italiana ha creado un modelo conmemorativo también llamado Fiat 500, basándose en la estética de este vehiculo que fue el revulsivo de la casa Fiat para salir de una crisis profunda de la cual casi desaparece, este modelo es todo un éxito, hasta se ha comenzado a vender en EEUU.).
Como en el Fiat 500 incorporaba una solución técnica, el motor posterior, que hacía posibles cuatro plazas y un mayor espacio para el equipaje, ya que el maletero se ubicaba en la zona donde actualmente casi todos los coches tienen el motor, y todo esto en un coche de tan sólo 3'21 metros de largo.
     Pronto llegarían a España las primeras unidades importadas de aquel pequeño utilitario de la Fiat, inconfundible por sus ventanillas con lunas correderas y por sus tres "bigotes" horizontales en la calandra. En aquellos tiempos, los responsables de la SEAT ya habían acordado la fabricación de 600 en la factoría de la fábrica de Martorell. El primer ejemplar del pequeño SEAT fue entregado en 1957 al hijo de un general del ejército, el cual fue seguido por 2.585 unidades más en el primer año de fabricación.
     Este primitivo modelo disponía ya de elevalunas con manivela, y el diseño de la calandra ya presentaba el característico escudo con los números 600 y las dos franjas cromadas a lado y lado que salían del mismo. Como curiosidad se abrían las puertas al revés de lo que hoy tenemos concebido, quedándose las bisagras de la puerta detrás y la cerradura delante, con lo que cuando una señorita se disponía a salir del vehiculo algunas veces por causa del escasa tela, o del viento se le podía ver su ropa mas intima, popularmente se le conoció como el “mira bragas”, en modelos posteriores, se dispuso la puerta como hoy la conocemos.

     Exteriormente se podía distinguir fácilmente por el hecho de no disponer de topes en el parachoques, de disponer de tapacubos de menor diámetro y por disponer de unos faros posteriores de color rojo con una pequeña protuberancia en su parte superior. En el interior llama la atención el hecho de que el volante es de una sección más fina y no existen palancas que salgan de la columna de dirección. La explicación recae en que la manecilla de los intermitentes, con indicador luminoso incluido, se encuentra situado en el lugar donde, tiempo después, se colocó la luz de intermitencia. Y es que, la propia llave de contacto, es la que, al girar, va pasando de la luz de población a las luces de cruce y, finalmente, a la luz de carretera.
          La producción entre 1957 y 1963 y caracterizada por sus intermitentes delanteros situados sobre las aletas, esta primera serie sufrió modificaciones a comienzos de 1958, cuando pasó a disponer en la columna de dirección de las palancas del cambio de luces y por el mando de las intermitencias. Aprovechando esta innovación, se introdujeron otras mejoras, como los topes en los parachoques, unos nuevos faros delanteros y un tapizado diferente. 
 
     Durante aquél mismo año, apareció la versión del 600 descapotable. Además de distinguirse por su techo de lona, poseía mayores refuerzos en todo el perímetro de la capota. Con un precio más elevado que el de la berlina convencional, a cambio ofrecía toda una concesión a la moda americana de los style car: los neumáticos de banda blanca. Como el plazo de entrega era menor que el de la versión capotada, fue el preferido de los impacientes.
     En 1961, junto con ciertos retoques en el árbol de levas y en el carburador, se introdujeron diversos elementos de confort: el retrovisor pasó a ser de posición noche-día, y si se quería lavar el parabrisas, ya era posible realizarlo en marcha, ya que al apretar un botón en el centro del cuadro delantero, salía agua desde dos pequeños surtidores colocados en la base del parabrisas. Se incorporaba un termómetro de agua y un indicador de temperatura peligrosa. Esto fue debido a la propensión a calentarse de estos coches, ya que si sumamos la posición posterior del motor, la sobrecarga, el abuso del acelerador y el mal mantenimiento habituales en estos coches en aquellos tiempos, entenderemos el por qué muchos circulaban con la parte posterior abierta. 

     Para acabar, comentar como curiosidad que este vehículo venía con un completo juego de herramientas formado por trece piezas y un manual totalmente detallado que explicaba perfectamente todos los secretos mecánicos de este coche.
     De aquí a tres años ha dado un boom considerable el 600, entre los coleccionistas, se le vuelve a dar el valor que tenia en sus tiempos, como el coche que hizo una revolución en nuestra manera de entender el transporte, y con el la llegada de las vacaciones, ser un Rodríguez y los atascos.
Sin duda un coche clave para la historia contemporánea de nuestra España, un coche que muchos le tenemos cariño, y la verdad que al ver uno por la calle siempre te hace girar la cabeza, como algo tan pequeño ha tenido tanta importancia, y lo que es mas destacable aun, como algo tan menudo ha podido llevar a tantas personas de un punto a otro, y si lo comparas con los automóviles de hoy en día, nos damos cuenta lo que hemos evolucionado.
Un saludo, en especial a los nostálgicos, y si por casualidad usted ha sido propietario de un 600, estoy seguro que este articulo le ha recordado muchísimos momentos especiales de su vida.